Aquellos que afirman que el amor es difícil de encontrar, pero aún más de mantener, no podrían describir mejor lo que significa estar envuelto en una relación sentimental con una pareja.
Más allá del amor romántico inicial en el que se encuentra fascinante al compañero/a y se proyectan todo tipo de quimeras a su lado, está el amor maduro en el que la falta de tiempo, la rutina y la escasa comunicación pueden desencadenar conflictos que muchas veces parecen no llegar a encontrar una solución.
Conformar una pareja nunca será una tarea fácil, ya que para llegar a establecer un vínculo fuerte cada integrante de la pareja debe ser flexible y tolerante, lo que resulta difícil para la mayoría de las personas hoy en día. Nadie quiere perder su posición de poder y por ello es tan difícil solucionar los conflictos cuando se presentan, ya que resolución implica conciliación y para ello cada uno de los integrantes debe estar abierto al diálogo, al cambio y a la búsqueda del punto intermedio en el que ninguno pierda o gane, sino en el que ambos puedan llegar a encontrarse nuevamente tras haberse alejado para no dar lugar al enfrentamiento.
Por otro lado, en la actualidad las parejas suelen ser producto de vínculos superficiales en los que se busca la compañía de alguien, pero no se tiene realmente el tiempo ni la atención necesarias para crear intimidad y contacto emocional. Prueba de ello es el hecho de que a finales del siglo XIX uno de cada 1200 matrimonios llegaba a separarse, mientras que hoy en día por cada dos matrimonios se da un divorcio. Además, abundan parejas que no desean llegar a comprometerse ante ninguna institución y se unen libremente, pero ello no cambia la realidad de que la gran mayoría de ellas contemplan constantemente la posibilidad de separarse una vez experimentan un conflicto.Marcel Duvois