Todos nos vemos a nosotros mismos de una determinada manera, y según como nos veamos o como nos sintamos, esa será la imagen que llevaremos a todas partes. Tu vida la dirige tus pensamientos, tienes que tener pensamientos de “calidad” respecto a ti mismo. Olvídate del pasado, deja de recordar lo malo que te pasó. Saldrás de tu cueva cuando empieces a pensar cosas bonitas de ti y aceptarte como eres.
No le des más vueltas, cuanto antes te des cuenta de que tienes que aceptarte exactamente como eres, antes empezaras a VIVIR:
-Si no te gusta algo de ti mismo y ves que puedes cambiarlo toma acción, pero si no puedes cambiar algo de ti como la estatura por ejemplo, empieza a trabajar en aceptarte tal y como eres.
-Deja de tener pensamientos negativos de ti mismo. Contrarrestarlos diciéndote algo positivo, cada día anota 2 o 3 cosas sobre ti que te hagan feliz.
-De ninguna manera busques la perfección, porque no existe. Todos tenemos un afán de superación y eso nos motiva a seguir un camino, pero querer la perfección nos lleva a ser obsesivos y a vivir frustrados. Eso no trae nada bueno, porque hace que vivamos infelices por la angustia que eso conlleva.
-Haz algo en lo que te sientas útil y reconocido. Por ejemplo, participa en una fundación benéfica, ayuda a personas necesitadas, ayuda a un amigo con una tarea delicada, inscríbete en un programa de la cruz roja… Sentirte útil ayudando a otros es una de las mejores terapias para conseguir una buena autoestima, hace que veas la vida desde otro punto de vista. Te hace ver tu situación y darte cuenta del tiempo que has malgastado al pensar en tus problemas que ahora parecen insignificantes. Es una oportunidad para descubrir la bondad, la compasión y el amor. Ese sentimiento que es la fuente de la vida y que hace que rebosemos de felicidad.
Termino con una frase de Henry Van Dyke:
El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan… demasiado rápido para aquellos que temen… demasiado largo para aquellos que sufren… demasiado corto para aquellos que celebran… pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno.
El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan… demasiado rápido para aquellos que temen… demasiado largo para aquellos que sufren… demasiado corto para aquellos que celebran… pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno.
Un saludo,
Elías Berntsson